jueves, 4 de febrero de 2010

Diario de Amira, 12 de septiembre de 2009. 01:30 horas

Han pasado muchos días desde que me regalaron este diario. Lo tengo totalmente abandonado. ¿Por qué me regalaría mi hermana este diario? Es la una y media pasadas y no tengo sueño. Llevo días sin poder dormir bien.

Me he pasado todo el fin de semana encerrada en casas. En la mía, y en la de mi amiga. Exceptuando ayer, que salimos a tomar algo a una cafetería. Me tomé tres coca colas, luego dimos un paseo hasta casa. Estamos en septiembre y aún hace un calor de mil demonios. Que ganas tengo de que llegue el invierno y el frío.

Me cuesta mucho escribir. Lo hago en castellano para practicar. Son las dos de la madrugada y solo he escrito dos párrafos. No se qué fin tiene escribir en un diario. Al menos, ahora me entretiene.

Mañana será otro día. Mañana, a trabajar otra vez. Al menos, estaré entretenida otros cinco días.

16 de noviembre de 2009. 19:23 horas

Tengo un rato ahora libre. Se nos ha acabado la gasolina y tenemos que dejar el coche. Hemos intentado llenar el depósito en una gasolinera que había a la entrada de Cabezón, pero no hemos podido. Una cantidad ingente de muertos nos lo ha impedido. Nada mas llegar, han empezado a salir del interior del edificio y nos hemos tenido que marchar.

Hemos pasado Cabezón esquivando coches y parte de los vecinos del pueblo. Lo hemos hecho con más corazón que cabeza. Demasiado rápido. No se cómo no nos hemos matado. Pachuco hace bien muchas cosas, pero conducir en un pueblo lleno de coches y zombis no es lo que mejor hace. Hemos estado a punto de chocar con las casas varias veces. Por lo menos, hemos salido del pueblo.

Vamos por la carretera CA-180, que nos llevará directos a Reinosa; y de allí, a nuestro destino. Sin embargo, para poco más no ha llegado el combustible. Al pasar Ruente, el coche ha empezado a hacer ruidos raros, y pasados un par de kilómetros, el coche se ha parado. Hemos tenido la gran suerte de que esto sucediera en una zona de carretera. Si nos llega a pasar mientras atravesábamos alguna población, lo más probable es estuviésemos muertos.

Esta nueva situación nos planeta una nueva duda. No hay ningún coche a la vista. Tampoco parece haber ningún ser vivo o no muerto. Desde aquí, vemos otro pueblo más adelante. Si no es un pueblo, al menos, el un núcleo de casas. Lo que nos lleva a pensar, que si hay casas, había gente,;y si había gente, ahora hay muertos; o mejor dicho, no muertos.

Es casi de noche. No tenemos dónde caernos muertos. Tenemos que decidir si quedarnos en el coche hasta mañana, o seguir a pie y buscar un refugio mejor. Yo no me quiero mover, aún me duele el tobillo. No creo que andar me convenga. No tiene pinta de haberme hecho un esguince, pero prefiero no arriesgar a tenerlo y fastidiarlo aún más.

martes, 2 de febrero de 2010

Diario de Amira, 27 de mayo de 2009. 23:00 horas

Me llamo Amira Bañuelos. Tengo 27 años y hoy es mi cumpleaños. Mi hermana me ha regalado este diario. Ha estado casi toda la tarde diciéndome que escriba algo y que lo utilice. Así que, eso voy a hacer, al menos para que me deje tranquila.

He estado toda la tarde en casa de mis padres. Hemos celebrado mi cumpleaños en familia después de estar todo el día trabajando. Hoy no he tenido un buen día. Mucho trabajo. Solo ahora tengo un rato para mí. He dado de comer a Albaricoque y me he puesto a escribir un poco. Mañana es jueves, llega el fin de semana, ¡puf! No hay donde divertirse en esta ciudad.