Como era de esperar, después de haber dormido tanto, ahora no tengo sueño. Pero bueno, no importa, contaré el plan que tenemos para mañana, eso me ayudará a comprenderlo mejor y ver si hay algún fallo.
Bien. No saldremos por la parte delantera. Hemos dado el coche con el que llegamos como perdido. La puerta metálica y la valla de ladrillo aguantarán a Bucle y compañía durante toda la vida. Seguro. Sin embargo, la casa, por la parte de atrás tiene una de esas vallas metálicas, de unos dos metros de altura. Pero que no deja de ser un trozo de tela metálica en vertical sujeta de unos palitos.
Esta gente no estaba falta de nada. Pues lo aprovecharemos. Expropiación de bienes. Nos llevamos su coche. Un Nissan Murano. Cuando compré el mío, vi fotos de este corriendo por un pequeño río y todo. Así que, seguro que puede atravesar la valla, y salir campo a través hasta llegar a la carretera. Y si no está diseñado para ello, ahora mismo, en mi cabeza, lo está. La verdad, que un Renault Clío, también hubiera estado diseñado para andar por el monte ahora mismo.
Ya tenemos todo listo, hemos rellenado nuestras mochilas con las latas que no interesaban llevar y hemos dejado otras que teníamos repetidas. De paso, como tenemos coche grande, nos llevamos dos bolsas de deporte con ropa. Jeje, papaíto era de mi talla. Ah!, y me llevo su mini ordenador portátil. Un Sony nosequé. Me ha hecho gracia, porque tiene un teclado que me ha recordado al Spectrum 16K, jajaja. Lo que, también, me recuerda, que yo ahora debería estar en la Party de Astillero (aunque se haga en Santander, seguirá siendo la de Astillero). En fin. Otra ilusión perdida. Superaré mi decepción con mi nuevo coche.
Hemos encontrado un mapa de carreteras en la guantera del coche, y nos hemos guiado por él para saber qué camino seguir y volver a coger la autopista. Tendremos que seguir adelante y atravesar un par de núcleos urbanos antes de incorporarnos a la autopista. Esperemos no encontrarnos a nadie por el camino. A nadie vivo, me refiero.
La verdad, es que hacemos unos planes patéticos. Son planes a diez minutos vista. Pero bueno, he llegado más lejos de lo que cualquiera de mis profesores jamás creyó.
Me voy a leer un rato, a ver si me entra algo de sueño.
Bien. No saldremos por la parte delantera. Hemos dado el coche con el que llegamos como perdido. La puerta metálica y la valla de ladrillo aguantarán a Bucle y compañía durante toda la vida. Seguro. Sin embargo, la casa, por la parte de atrás tiene una de esas vallas metálicas, de unos dos metros de altura. Pero que no deja de ser un trozo de tela metálica en vertical sujeta de unos palitos.
Esta gente no estaba falta de nada. Pues lo aprovecharemos. Expropiación de bienes. Nos llevamos su coche. Un Nissan Murano. Cuando compré el mío, vi fotos de este corriendo por un pequeño río y todo. Así que, seguro que puede atravesar la valla, y salir campo a través hasta llegar a la carretera. Y si no está diseñado para ello, ahora mismo, en mi cabeza, lo está. La verdad, que un Renault Clío, también hubiera estado diseñado para andar por el monte ahora mismo.
Ya tenemos todo listo, hemos rellenado nuestras mochilas con las latas que no interesaban llevar y hemos dejado otras que teníamos repetidas. De paso, como tenemos coche grande, nos llevamos dos bolsas de deporte con ropa. Jeje, papaíto era de mi talla. Ah!, y me llevo su mini ordenador portátil. Un Sony nosequé. Me ha hecho gracia, porque tiene un teclado que me ha recordado al Spectrum 16K, jajaja. Lo que, también, me recuerda, que yo ahora debería estar en la Party de Astillero (aunque se haga en Santander, seguirá siendo la de Astillero). En fin. Otra ilusión perdida. Superaré mi decepción con mi nuevo coche.
Hemos encontrado un mapa de carreteras en la guantera del coche, y nos hemos guiado por él para saber qué camino seguir y volver a coger la autopista. Tendremos que seguir adelante y atravesar un par de núcleos urbanos antes de incorporarnos a la autopista. Esperemos no encontrarnos a nadie por el camino. A nadie vivo, me refiero.
La verdad, es que hacemos unos planes patéticos. Son planes a diez minutos vista. Pero bueno, he llegado más lejos de lo que cualquiera de mis profesores jamás creyó.
Me voy a leer un rato, a ver si me entra algo de sueño.