Estoy histérica, de los nervios. No puedo más. No se nada de nadie de mi familia. La televisión ya no retransmite en directo imágenes del exterior. Lo único que recibimos son comunicados oficiales desde hace cuatro horas. Los dirigentes del país han dejado la capital y se han internado en el desierto. Los comunicados hablan de bases militares seguras en el desierto del Sahara y de la necesidad de la población a dirigirse a ellas. Hablan de dejar a los enfermos y heridos por mordeduras y arañazos de gente infectada o vacunada contra la gripe. Al parecer, han insistido mucho en esto, mucha gente se niega a dejar atrás a sus familiares enfermos, ya que, al final, terminan compartiendo el mismo destino que ellos.
Los líderes religiosos hablan del fin del mundo. Las mezquitas, están abiertas para todo aquel que necesite rezarle a Allah.
El embajador nos reunió hace media hora para hablarnos de la situación, para intentar tranquilizarnos, pero, conmigo, no lo ha conseguido. Tiene órdenes desde el Ministerio de exteriores de quedarnos en la embajada hasta ser evacuados y llevados de vuelta a la Península Ibérica. Según nos ha contado, saldrá un avión desde la base militar aérea de Zaragoza que llegará mañana por la mañana a Trípoli. Tenemos que estar listos para evacuar la embajada y llegar al aeropuerto cuando nos avisen. El trayecto lo haríamos en los coches que están apartados en el interior de la embajada. Son tres. El del embajador, el del cónsul y el del matrimonio que vino a arreglar unos papeles.
Los líderes religiosos hablan del fin del mundo. Las mezquitas, están abiertas para todo aquel que necesite rezarle a Allah.
El embajador nos reunió hace media hora para hablarnos de la situación, para intentar tranquilizarnos, pero, conmigo, no lo ha conseguido. Tiene órdenes desde el Ministerio de exteriores de quedarnos en la embajada hasta ser evacuados y llevados de vuelta a la Península Ibérica. Según nos ha contado, saldrá un avión desde la base militar aérea de Zaragoza que llegará mañana por la mañana a Trípoli. Tenemos que estar listos para evacuar la embajada y llegar al aeropuerto cuando nos avisen. El trayecto lo haríamos en los coches que están apartados en el interior de la embajada. Son tres. El del embajador, el del cónsul y el del matrimonio que vino a arreglar unos papeles.