martes, 27 de abril de 2010

Diario de Amira, 18 de octubre de 2009. 23:20 horas

He tenido que atender durante casi todo el día a los dos empresarios españoles. Han llegado pronto, debieron llegar ayer. Total, toda la mañana con ellos de aquí para allá. Como es su primer día han querido ver la ciudad. Hoy ha sido un día especialmente caluroso y lo han pasado bastante mal. Han venido de Madrid. Allí hacía 12 grados, al llegar aquí, se han encontrado con 38 grados.

Llevan varios días hablando en el periódico sobre la mutación esta de la gripe del cerdo, que se ha pasado a los humanos. La OMS ha decretado la vacunación obligatoria a nivel mundial. No se si aquí se hará o no caso a este mandato. Mis dos acompañantes de hoy, ya fueron vacunados en España. Aún no han llegado las vacunas a la embajada. Además, no conozco a nadie que haya enfermado. No será tan grave como dicen.

Al llegar a la embajada hoy, a eso de la una de la tarde, después de dejar a los dos empresarios en su hotel, me he fijado en que hay soldados nuevos en la puerta. No me ha gustado nada cómo me ha mirado uno de ellos. Incluso, al salir, cuando estaba subida al coche de mi chofer, he visto cómo me miraba de nuevo.

Como he estado prácticamente toda la mañana fuera del despacho, no me han dejado trabajo sobre la mesa. Supongo que esperaban que estuviese fuera todo el día, así que, he estado hablando con un chico de Santander por Internet, llevaba días saludándome, pero no hemos coincidido hasta hoy.