jueves, 17 de diciembre de 2009

12 de noviembre de 2009. 13:31 horas

La he cagado bien cagada. Esta noche no he podido dormir nada por culpa de Bucle. Ese ruido constante cada pocos segundos no ha dejado que pudiese conciliar el sueño. En un arrebato de ira, salí a la calle, cogí una piedra y la tiré lejos, a través de la valla, a ver si se marchaba tras ellas como un perro. Como no me ha hecho ni caso. Fue entonces cuando me he puesto a gritarle que se marchara, y a tirar más piedras. He despertado a Pachuco, que ha bajado gritando que me callase la boca. Al final empecé a gritar también a Pachuco con que hace dos días que no duermo. Pachuco no es de los que gritan, pero es de los que te mandan a tomar por el culo. Pues eso ha hecho. Mandarme a la mierda y volverse dentro. Fue cuando me callé la boca.

No nos dimos cuenta porque estaba gritando, pero al callarme, oímos a Bucle dar golpes a la puerta y decirnos, en su idioma, que quería hincarnos el diente. La puerta de la verja es metálica y el ruido ha atraído a cuatro zombis mas, que se han unido a él, aunque solo uno se le ha unido para golpear la puerta. Los otros tres dan vueltas por la zona. Parece que saben que hay comida cerca.

Nuestro plan de coger el coche y seguir por la carretera se ha ido al traste. Ya no sirve. Podríamos con uno, pero no con tantos. Tenemos que pensar cómo salir de allí. Preferiblemente en un medio de locomoción seguro.

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