jueves, 3 de diciembre de 2009

6 de noviembre de 2009. 17:42 horas

No se dónde estamos exactamente. En algún pueblo pasando Bezana. No hemos podido seguir por la autopista. Nos hemos tenido que desviar y coger la carretera nacional, la 611 creo recordar. Lo que se suponía un viaje rápido, ya no lo va a ser. Al menos, de momento, las cosas no salen como lo habíamos planeado.

No he estrenado el cuaderno. En la casa en la que estamos hay internet y estoy utilizando el ordenador del hijo de quienes vivían aquí. Son, bueno, eran tres; papa, mama e hijo de unos diez años. No se cómo se llaman. Total, da igual. Lo único que sabemos de ellos es que mama debió de vacunarse. Ahora yace en el jardín con la cabeza destrozada.

Llevamos aquí dos días. La verdad que estamos muy asustados. Demasiado. Como ya dije antes, todo en el papel es más fácil y bonito. Hay que tener estómago y la cabeza muy fría para que esto no te afecte.  He conseguido entrar en este ordenador después de intentarlo mil vedes desde nuestra llegada. He debido de probar mil claves para entrar. La verdad, que de los nervios ni he mirado a ver si tenían una copia del sistema operativo para reinstalarlo de nuevo. No hay como pensar en otra cosa para que te vengan a la mente la solución de un problema, jajaja. El niño es un friki del fútbol. Un amante de un único jugador. Solo tenía que haber puesto el nombre del tipo ese, del cual está la pared empapelada, y podría haber escrito esto antes para sacármelo de la cabeza. Pachuco está abajo jugando a la play del chaval. También necesita desconectar tanto como yo. Apenas hemos hablado desde que cerramos la puerta de la verja y la puerta de la casa. Por suerte, esta casa está amurallada. Es lo que tienen los chaletes estos en mitad de la nada. Que te pueden venir a comer los lobos y tienes que cuidarte de que no te vean los vecinos. En fin. Peor para ellos, y suerte para nosotros en este momento. Aquí estamos en esta especie de castillo medieval del siglo XXI.

Tenemos comida y bebida de sobra. Tenían la despensa llena. No pensamos movernos de aquí hasta que no la terminemos. Después, ya veremos a ver qué hacemos. No tenemos prisa en volvernos a jugar la vida de nuevo.

La casa tienes dos plantas. Hay un garaje a la derecha, desde el que se puede acceder a través de una puerta del pasillo de la planta inferior. En la planta baja está el salón, cocina, despensa y un baño. Arriba hay tres habitaciones, una de ellas con baño, y otro baño común. En el garaje hay un Nissan Murano de color azul oscuro, es como el hermano mayor de mi coche. La casa está rodeada de un jardín en el que hay unos cuantos árboles. Me imagino que den fruta, pero no tengo ni idea de qué tipo de árboles son. Hay también una caseta de un perro, pero no hemos visto ningún perro por aquí. Debió de salir corriendo cuando mama quiso comérselo.

Al parecer, y según esta la casa, la madre no debía encontrarse muy bien, porque la cama de matrimonio no estaba hecha y hay pastillas junto a un vaso de agua en una de las mesitas. La pobre infeliz debió morir y revivir sola en esa cama. A saber la de vueltas que ha debido de dar por la casa, hasta descubrir que la puerta del salón que da al jardín de atrás estaba abierta. Creo que debió de oír al perro ,y éste, al verla ,salió corriendo a saber dónde.

No puedo seguir.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Espectacular, lo lleva usted tremandamente inmejorable, siga asi . Le doy a usted muchos animos para que siga por este buen camino, espero reciba una recompensa por todos los esfuerzos que pone para realizar todo este trabajo, es usted un mago del parrafo. Un saludo

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